Proyecto: Area recreativa en el río Tormes 1994(P)
Situación: Navacepeda de Tormes (Ávila)
Cliente: Junta de Castilla y León
Superficie: 180 m2 (edificación) – 2.500 m2 (actuación en el entorno)
Colaborador: Vicente Olmedilla Ramos
El área recreativa se pretendía ejecutarla en una zona de baño del río Tormes, que no dista más de un kilómetro del núcleo urbano de Navacepeda de Tormes (Ávila). Contigua a ella se encuentra un área de acampada que se usa en verano y aloja durante todo el tiempo estival multitud de campistas que verían, de alguna forma, complementadas las instalaciones al aire libre con el área recreativa.
El entorno paisajístico es de alto valor medio ambiental, ya que se encuentra dentro del ámbito de Protección preventiva de la Sierra de Gredos. En verano el montebajo, constituido por retamas, eleva el horizonte visual de la ladera en unos dos metros sobre el real, con un color amarillo que, junto a los alisos, plantados en los últimos años al borde del río Tormes, configuran un espacio de indudable belleza paisajística.
Prioritarias han sido en la concepción y elaboración del proyecto las relaciones de los espacios del área recreativa con su entorno y la afección de los mismos a la dualidad interior-exterior, resultando algunos de ellos totalmente interiores, cerrados y protegidos, otros integrados plenamente con el ambiente exterior y, por último, aparecen espacios que muestran esta dualidad de poder hallarse dentro o fuera de la edificación, según las condiciones climáticas aconsejen.
La edificación se proyectó para un uso muy versátil, con una climatología extrema tanto en verano como en invierno, pero teniendo en cuenta que solamente en primavera y verano será utilizada. Por ello los mecanismos constructivos diseñados posibilitaban utilizaciones diversas según cambie el clima, pudiendo preservarse como un área de restauración protegida en días no muy calurosos o entenderse como “chiringuito”, totalmente abierto y en contacto con la naturaleza en días de calor, siempre protegido en estos casos con unos parasoles específicamente diseñados al efecto que además sirvieran de protección anti-vandálica en las épocas en que no se utilizara la construcción. El aprovechamiento solar óptimo condicionó la orientación de la fachada frontal, al norte, cara al río Tormes, así como la solución y orientación de la cubierta, buscando en todo momento la máxima sombra.